Quienes amamos las novelas románticas, también amamos las películas románticas. Muchas de ellas están basadas en exitosos libros, pero no es el caso de las dos cintas que comentaré hoy, y que me encontré en Amazon Prime Video una de esas tardes de ocio en que andaba en busca de buenas historias de amor.

¿Qué me encontré? Una buena y una mala. Y curiosamente, la que más prometía resultó ser la mala, y la otra, de la que tenía pocas expectativas, me encantó.

Las películas en cuestión son: París puede esperar, del 2016 (tráiler aquí), protagonizada por Diane Lane, y 20 años no importan (tráiler aquí) de 2013, llamada en francés 20 años de diferencia (20 ans d’écart).

Ambos filmes comparten un tema parecido: Mujeres que se liberan de ciertas restricciones y van contra las normas.

En el caso de París puede esperar, tenemos a la protagonista Anne Lockwood (Diane Lane), casada con el famoso productor de cine Michael Lockwood (Alec Baldwin), quien poca atención le pone. Es un matrimonio desgastado por los años y por la costumbre. Cuando las circunstancias la hacen tomar un viaje por carretera de Mónaco a París en compañía de Jacques Clement (Arnaud Viard), amigo de su esposo, una nueva aventura se abre ante sus ojos.

Aunque la premisa es muy prometedora y los paisajes de la campiña francesa, idílicos y espectaculares, el guion es muy pobre. Es como una guía de carretera. La ópera prima de ficción de Eleanor Coppola (esposa de Francis) luce como un folletín turístico: una lista de los mejores sitios para comer y qué platillos pedir. El filme es un eterno paseo de restaurante en restaurante de estrellas Michelin, de hotel en hotel, en el que se supone que se desarrolla alguna clase de atracción y entendimiento entre Anne y Jacques , pero este objetivo no se logra.

Los diálogos son sosos y pobres, el galán en cuestión solo habla de recomendaciones de comida. No hay ingenio, ni chispa o profundidad en sus conversaciones como para hacer creíble este supuesto intento de romance. De hecho, conforme avanza la cinta,  Jacques resulta cada vez menos «encantador». Y eso sin contar lo absurdo que resulta que Anne se impresione tanto con todo lo que él le muestra, cuando se supone que ella también es una mujer rica y de mundo.

Me pareció una película pretenciosa, en la que Coppola solo busca presumir sus lugares favoritos de Francia y nada más, sin ocuparse de contratar un buen guionista (el guion es suyo).  El final también resultó anticlimático, y (pequeño spoiler) el hecho de que Anne de pronto mira a la cámara, ridículo.

En fin, que París puede esperar fue una enorme decepción para mí.

En el extremo opuesto del espectro tenemos 20 años de diferencia. En este filme, la protagonista es una editora de moda de 38 años llamada Alice Lantins (Virginie Efira) quien busca ascender en su carrera. Por azares del destino conoce a Balthazar Apfel (Pierre Niney), quien tiene 18 años y estudia Arquitectura en la universidad.

20 años no importan es una comedia romántica fresca y muy divertida, con un enfoque diferente a lo que estamos acostumbrados en las pocas cintas que abordan el tema de diferencia de edad. Balthazar es un personaje genial. Es un chico encantador, decente, caballeroso y algo torpe a veces, pero nada tonto.

Alice por su parte, es una madre divorciada, 100% enfocada en su trabajo, muy rígida y estructurada. Balthazar irrumpe en su vida para voltearla de cabeza.

Si no quieren leer spoilers, ya no lean los siguientes párrafos.

–SECCIÓN CON SPOILERS —

20 años de diferencia (20 años no importan) es la primera película del género que veo en que no se «sataniza» la relación entre una mujer mayor y un hombre mucho más joven. Cuando este tema se aborda, generalmente es para dar el mensaje final de que la mujer entra en sus cabales y deja esa relación sin futuro. Casi siempre son historias con un toque de drama, y ese romance «inadecuado» es una etapa que luego la mujer en cuestión supera.

En ese filme no es así. Alice termina valorando las cualidades de Balthazar, poco le importa la incertidumbre del futuro a largo plazo, y se decide a disfrutar de su relación, dejando de lado culpas y prejuicios. ¡Muy atrevido y novedoso!

Y he de decir que en los libros románticos es un caso muy parecido que con las películas. Las historias con esta clase de romances y con final feliz brillan por su ausencia, o al menos, yo no las he encontrado. Si ustedes conocen algunas, les agradeceré la recomendación.

–FIN DE SPOILERS–

Este filme se ha ido directo a mi lista de películas románticas favoritas. Por si les interesa leer sobre otras películas románticas que me encantan y que recomiendo: Link aquí

Y si les interesa leer mi columna sobre El pecado de ser Cougar, el link está aquí

Puede que también te guste...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *