Sucedió lo que creí que nunca pasaría: Lisa Kleypas me decepcionó. Por si no la conocen, Kleypas es una reconocida autora de romance, en particular, de romance histórico. Escribe novelas entrañables, amenas, intrigantes, y con personajes geniales, tanto masculinos como femeninos. Historias que devoras, que amas y que te hacen suspirar, reír y disfrutar. Así que ya se imaginarán mi sorpresa cuando me encontré con muchas cosas que no me gustaron en Mi nombre es Liberty, una de sus pocas historias contemporáneas.

Para poder detallar mis percepciones sobre este libro tendré que usar SPOILERS, así que ya están avisadas :).

Sinopsis:

Liberty Jones alberga sueños y tiene una gran determinación. Esto la llevará lejos de Welcome, Texas… si consigue que su mente no se deje dominar por su apasionado corazón. En cuanto a Hardy Cates, también sus ambiciones van mucho más allá de Welcome, y Liberty constituye una complicación que no necesita. Sin embargo, algo más fuerte que ellos mismos los atrae intensamente…

Cuando Hardy se marcha de la ciudad para intentar alcanzar sus objetivos, la vida de Liberty sufre un cambio radical, un cambio que la llevará a conocer a un hombre mayor que ella, poderoso y protector.

Empezaré por lo que sí me gustó.

-La historia de amor juvenil entre Liberty y Hardy, el drama de que ese romance sea un sueño imposible de concretar, y el deseo de Hardy de no ser tragado y consumido por la mediocridad y la falta de opciones si se quedara en Welcome, como su padre, que terminó en prisión.

-Hardy, tan protector y solidario con Liberty en todo momento. Leal y confiable.

-La segunda parte del libro, cuando Liberty conoce a Churchill y su vida cambia. Y por supuesto, lo que más me gustó fue Gage y la relación que surgió entre Liberty y él.

Diálogos de la novela Mi nombre es Liberty

Ahora vamos con lo que no me gustó; esa lista es más larga.

-Esto no es fallo de la novela ni mucho menos, es simplemente mi gusto personal, pero yo evito todo lo que puedo las novelas románticas que se centran en embarazos no deseados y sus complicaciones. Francamente, odio las historias en que los sueños y oportunidades de la protagonista se ven truncados por un bebé (Love, Rosie, un buen ejemplo). Que ya sé que al final salen adelante, adoran al bebé más que a todo en la vida, y se vuelve la razón de su existir y el centro de su mundo y sus alegrías. Pues bueno, esos argumentos no me gustan nada. Me aburren y me fastidian, en parte porque me parecen poco creíbles. Hay muchísimas madres que tuvieron embarazos no deseados y que no son felices en lo absoluto, y por ende, tampoco son las mejores madres del mundo. Siento que en general se tiende a romantizar la maternidad a extremos absurdos, y lo peor es que esto lleva a muchas mujeres a creer que un hijo les dará felicidad en automático, porque eso dicen todos. Y tremendo chasco se llevan cuando no sucede. En fin.

Y en el caso de Liberty es aún peor porque el bebé no es suyo, es de su madre, quien sufrió lo indecible con el proceso y nunca conectó emocionalmente con su hija. Si no hubiera estado ahí Liberty, tan encariñada con su hermanita, ¿qué hubiera sido de la pequeña Carrington?

-La trama es lenta, es decir, para ser una novela romántica tiene poco romance, y aparece tarde. Buena parte de la historia se centra solo en la niñez y adolescencia de Liberty, los problemas de su madre con los hombres y la bebé.

-Mi otro gran problema es lo que hizo Kleypas con el personaje de Hardy. Hardy, que era tan confiable, y bueno, y apoyador, ¿ahora es un convenenciero, manipulador, que la utiliza de la forma más mezquina? ¿En serio? Y lo peor: ¡¡El siguiente libro es sobre él!!

Hardy, de ser tan atento y protector y solidario con ella ¿ahora la utiliza? Perdón, pero no me parece lógico ni creíble que se convirtiera en un cretino.

No soy fan de cuando a un personaje de un triángulo amoroso que era bueno, lo transforman en alguien negativo para facilitar la elección a la protagonista. Es mucho mejor cuando los dos valen la pena, y simplemente la chica sigue su corazón, y al rechazado le tocó perder y ni modo, así es la vida. Y además pierde con dignidad y clase, sí señor.

Hubiera sido mucho mejor que Liberty eligiera a Gage porque estaba enamorada de él y ya, sin tener que convertir a Hardy en mezquino traidor.

Y luego, cuando le da la noticia a Hardy, y le reclama que la utilizara para perjudicar los negocios de Gage, ¡a él poco le importa! Yo esperaba que la autora al menos nos diera la satisfacción de verlo furioso, frustrado, con culpa… algo. Pero no, el hombre se queda tan tranquilo.

¿Y se supone que debo interesarme en ese tipo, como protagonista del segundo libro? Y como si eso no fuera lo suficientemente malo, su pareja romántica va a ser nada menos que… la hermana de Gage Travis. ¡Sí, la hermana de su rival, la hermana del casi marido de Liberty! La hermana del hombre a quien hizo una trastada vil en los negocios. Hardy va a acabar siendo parte de la familia Travis después de la cochinada que hizo. Qué bonito.

Y además, este terrible cuadro implica que Liberty y Hardy ¡serán concuños! Por Dios. Tan bonito que hubiera quedado todo sin convertir a Hardy en un tipo nefasto, lo cual, principalmente, es ilógico.

-Otra cosa que me molestó es que la autora plasmara como reprobable la decisión de Hardy de dejar Welcome para ir a labrarse un futuro. ¿Qué tiene de malo que quisiera salir adelante? ¿Debió entonces quedarse en ese pueblo miserable, casarse con Liberty y ser miserables pero juntos? Porque de amor no se vive, y la escasez y la frustración en la vida cotidiana terminan dañando las relaciones de pareja. Hardy lo tenía muy claro porque lo había visto con su padre. Y Liberty tampoco podía irse de Welcome porque estaba atada a su hermanita.

A mí en todo momento me pareció muy sensata, madura y admirable la decisión de Hardy. Incluso evitó intimar con Liberty, sabiendo que eso le haría más difícil irse, pero también la dejaría a ella en una situación peor. Bien por él.

―Eso me recuerda algo que no me agradó nada en el libro tres de la serie de las floreros: El diablo en invierno, pero que decidí hacerme de la vista gorda, aunque sin duda influyó en que ese libro fuera el que menos me gustó de los cuatro que forman la serie. (SPOILER ALERT) Y eso fue que el protagonista, el vizconde de St. Vincent, llegara a niveles, a mi gusto imperdonables, al secuestrar a Lillian Bowman, quien además era la prometida de su amigo. Y después, que en la historia se le restara importancia y que con pedir perdón ya bastara, como si hubiera sido algo menor. Pareciera como si la autora hubiera decidido en un primer momento ponerlo como antagonista/villano, y después cambiara de opinión.―

-En fin, volviendo a Mi nombre es Liberty, hay una cosa más que no me gustó: El final. Sí, qué genial que se quedó con Gage, y que él le regaló el rancho, peeero ¿ahora resulta que está embarazada? ¿Pero qué nueva obsesión trae Kleypas con los bebés?  Liberty ha vivido como madre soltera y pobre desde que nació su hermana, incluso cuando aún vivía su madre, con todas las estrecheces, dificultades y amarguras que eso implica, para que ahora que por fin tiene una familia, dinero, apoyo y amor, en vez de disfrutarlo a plenitud por un buen rato, ahí va a pasar por las exigencias de la maternidad otra vez, y a mandar a la relación de pareja a segundo plano. ¡La relación recién iniciada! ¿Pero qué necesidad?

¿Qué final me hubiera encantado? Una propuesta de matrimonio. Hubiera sido perfecto. Y lo demás (la boda, los hijos) ya vendría a su debido tiempo, que no hay prisa.

-Ah! Y algo más: el título en inglés es un absoluto fraude: Sugar Daddy, y la sinopsis también, que insinúa una relación romántica con el hombre mayor, poderoso y protector, y nada que ver. No soy fan de las sinopsis y títulos engañosos.

En conclusión, no pienso leer el segundo libro, a mí Hardy ya me decepcionó y ya no puedo verlo como un personaje agradable, interesante, ni nada por el estilo. Por supuesto que seguiré leyendo a Lisa Keypas, pero de esta serie ya no quiero saber nada.

Arrivederci

 

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