Sí, confieso que leí 50 Sombras de Grey y me enganchó. Me gustaron algunas escenas, me dejé llevar por el «romanticismo» y el morbo, me leí los tres libros en dos días y me subí al tren del furor por Grey por un par de semanas.
Sin embargo, a pesar de lo anterior, no fue para mí como para la mayoría de las que se volvieron fanáticas, que se obsesionaron con el personaje y que se convirtieron en el target de los cientos de libros posteriores sobre «sumisas» y «amos».
50 sombras sólo lo leí una vez y he huido como de la peste, de cualquier libro parecido o relacionado con el tema BDSM.
La principal razón fue que simplemente lo de la sumisión y el masoquismo no es lo mío. Y sobre todo, no encuentro romántico ni atractivo el dolor ni los golpes. Al contrario.
Segundo: Porque está muy mal escrito. Lleno de errores, de frases repetitivas, de fallas en la continuidad, etc. Pareciera que ningún editor le dio una pulida y sacaron a la venta el borrador.
Y tercero: Anastasia. Es la antiheroína por excelencia. Es la típica mujer débil que cede por «amor», que acepta algo que no desea ni disfruta, por no perder a un hombre.
Estar dentro de su boba cabeza, en especial durante el primer libro, fue una auténtica tortura.
Ayer, una amiga me comentaba que por qué la gente critica tan duramente 50 Sombras, en vez de tomarlo como lo que es: sólo un libro. Que nadie ataca los libros sobre, por ejemplo, asesinatos, diciendo que tienen un efecto negativo. Tiene razón. En parte.
Creo que el problema es que un libro, como una película, un video musical, una canción, tienen influencia en la cultura. La refleja y la forma.
Y la diferencia es que, en esos libros, los asesinos, psicópatas o violadores no son los héroes de la historia. No son glorificados. Son los villanos, y como tales son vistos y percibidos.
Lo peligroso con  50 Sombras es que vanaglorian una relación torcida. 
¿Cuántos hombres, al ver la adoración de las mujeres por un libro sobre el sexo con dolor, como una expresión de amor, se estarán preguntando si eso es lo que las mujeres quieren? ¿Que las mujeres, en el fondo, les gusta que les peguen y las maltraten? ¿Que les gustan los hombres obsesivos, celosos y controladores? ¿Que necesitan ser sometidas para ser felices, mientras todo esté maquillado de detalles rosas?
Por supuesto que a las mujeres hechas y derechas, sin conflictos de autoestima, el libro no las puede influenciar negativamente, al contrario, a muchas parejas les ha servido para ponerse creativas en el sexo, para despertar la chispa otra vez cuando la relación se ha vuelto rutinaria. (No me refiero a aceptar el dolor para satisfacer a un hombre que gusta de eso, sino a todos los juegos sexuales que también vienen en el libro.) Y si no les sirve para eso, al menos se divierten con la lectura y no pasa de ahí.
El problema es para las demás chicas. Para las muy jóvenes que apenas construyen su identidad sexual. Para las que tienen baja autoestima. Para las que han sufrido violencia intrafamiliar o sufren abuso por parte de su pareja, físico o psicológico. Para las que están obsesionadas con cambiar a un hombre.
50 Sombras les dice que está bien. Que la violencia, la sumisión, el control y las conductas obsesivas son parte de una buena relación y, sobre todo que tendrá un final feliz.
Así que, a como yo lo veo, el problema de 50 Sombras no es el contenido, sino el mensaje implícito.
Y la solución del conflicto es precisamente su mayor falla: que el hombre cambiará por amor.
Es decir, por un lado es positivo que la historia se dirija hacia la necesidad de cambiar, por otro, es la fantasía absurda de muchas mujeres, la que las mantiene en relaciones destructivas: el sueño de cambiar a un hombre.
Es la perpetuación de clichés, y no de los mejores (que también hay).
En fin, que cada quien tome lo que le pueda ser útil, pero es un hecho que esta historia da para muchas lecturas, y la mayoría de ellas nada favorecedoras.
Lo que puedo asegurar es que me gustaría ver una historia erótica de calidad. Con personajes más complejos, mejor trazados, y con una protagonista interesante, no una caricatura de la cenicienta. Que seguramente hay muchas novelas así, aunque no tan populares, claro.
Por otro lado, es verdad que la función de la literatura de género no es educativa, sino de entretenimiento, así que al menos en eso cumplió con creces y ha dado muchas horas de diversión a millones de lectoras y lectores también, en todo el mundo.
Arrivederci
P.D. . No he visto la película. No es tanta mi curiosidad. Creo que esperaré a verla en video.
Actualización 2019: Ya vi la película en Netflix. Me entretuvo, pero el erotismo es pésimo, se ve muy coreografiado. Mi amiga se quedó dormida (aunque en su defensa he de decir que estaba muy cansada).
Sin embargo, como adaptación fue correcta. Respetó los conceptos del libro, incluso el fan service, dándole peso a las escenas o frases preferidas de las fans. Creo que lo que más decepcionó a las fanáticas de la trilogía fue la elección del actor, aunque siendo justa, es difícil que los cineastas puedan complacer a todas las lectoras cuando el Christian Grey ideal es una imagen en nuestras cabezas.
 
Archivo. Post publicado originalmente en febrero/2015.

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