Se desmorona. Las paredes se cierran y no queda espacio para la luz.
El aire… denso y gris, envuelve todo lo que alguna vez contó una historia. Sé que es el final, en alguna parte de mí lo sé, porque el dolor constante en mi pecho me lo dice. Porque el muro en tu mirada ya no me deja encontrarte. Porque aunque estás aquí, sé que te has ido.

Y duele. Duele respirar, duelen tus palabras. Hielo cortante.
Los recuerdos. ¿Quién demonios desea recordar? Asfixiantes y vívidos, afilados, se ríen. Se ríen de los sueños de la niña que fui. Se burlan de la mujer vacía que soy ahora.El engaño del amor, efímero y mortal te envuelve en su dulce veneno.
Quiero gritarte. Quiero decirte que vuelvas a mí. Quiero devolver a tus ojos la pasión con que me miraban, impacientes, expectantes.
Ya no dicen nada. Inertes.
¿Este es el sentido de la vida? ¿Disfrutar de instantes de alegría para luego vivir devastado al perderlos?
El dolor de la vida. O el dormir ajenos.
Flotar en agua tibia.

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