Me pregunto si me quedaré calva. Si algún día seré como esos señores que vemos hojeando el periódico en el metro, con su traje barato y gastado, con el ceño fruncido y la mirada vacía, que te hacen pensar que no sabes qué es lo más triste, que a sus 50 años no hayan alcanzado nunca suficiente solvencia económica como para tener al menos un coche feo y barato, o que intenten ocultar su calvicie con el típico peinado de queso Oaxaca y que crean que se ven mejor así que rapados. 

Me pregunto si al menos me quedará suficiente cabello como a mi madre, que aunque se le ven las ideas cuando algún malicioso foco ilumina directamente su cabeza,  en términos generales parece una mujer normal, con suficiente cabello para no parecer enferma y que la gente se le quede mirando en la calle.

Me pregunto si me vendría bien una peluca. Tal vez si un día necesito una peluca pueda divertirme con ello. Siempre he querido pelucas y pienso en qué ocasión podría usarlas sin convertirme en una estrafalaria paria social. Tal vez ir a un desfile gay, donde todos van disfrazados sea una buena idea. Incluso podría pretender ser gay, ser alguien totalmente diferente. Ir con alguna amiga, caminar tomadas de la mano y que algunos de los que nos vean digan «ah qué linda pareja» y otros digan «qué asco». Sí, seguro hay muchos homofóbicos insultando gays. Incluso podría ser un buen experimento social.
Y un traje de dominatrix para complementar con una peluca rosa o azul. Quizá un antifaz. O un disfraz medieval… aunque no creo que un disfraz medieval venga al caso en un desfile gay.  

Si fuera cantante rockera podría ser estrafalaria sin problema. Porque ir a una oficina con el pelo rosa y tatuajes en los brazos no sería posible. Al menos no en mi país. Tal vez en Suecia. O Finlandia. O tal vez en ningún lado.
Pero canto horrible. Aunque eso no sería un obstáculo considerando que gente como Katy Perry tiene éxito y seguro hasta yo canto mejor que ella. Pero por fortuna para los oídos del mundo, no me interesa la cantada.  

Me pregunto si estoy lista para hacerme mi primer tatuaje. Me pregunto si me volveré adicta y acabaré con un montón de horrendos tatuajes sin sentido como Justin Bieber. O David Beckham. Aunque Beckham no se ve nada mal… 

Me pregunto si estoy comiendo demasiado chocolate, mientras me como mi tercer brownie.

Puede que también te guste...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *